Talleres y un triunfo con altura para mandar arriba: lo que dejó el triunfo en Chile

A Talleres, ayer la excursión a la altura de Calama, en Chile, no le pudo salir mejor. Le ganó con claridad 2-0 a Cobresal, en el estadio Zorros del Desierto, y se volvió a Córdoba conservando la punta del Grupo B de la Copa Libertadores, ratificando que es el principal candidato a clasificarse a los octavos de final.

La “T” asumió el protagonismo del juego desde su inicio. Ribonetto planteó un 4-3-3 bien ofensivo y de tránsito rápido hacia su bloque alto, con Botta y Ramón Sosa por las bandas, Marcos Portillo como único volante de recuperación, Ortegoza como su primer pase y con Ramiro Ruiz Rodríguez y Girotti bien arriba, dispuestos a inquietar al exarquero albiazul Leandro Requena.

La movilidad de Sosa y Botta no tardó en complicar al fondo del equipo chileno, que mostraba fragilidad ante los embates del Matador, que sumó también al ataque a los laterales Benavídez y Navarro.

Y la insistencia del equipo albiazul tuvo su gran premio a los 18 minutos cuando desde un córner desde la izquierda de “RRR”, llegó para cabecear libre de marcas Kevin Mantilla y así abrió el marcador (fue el primer gol del central colombiano con la casaca de la “T”).

El equipo minero sintió el impacto y respondió a los 22 minutos con una contra asociada que terminó en gol, pero que a instancias del VAR no fue convalidado acertadamente por fuera de juego.

Pero la reacción local se quedó en eso, porque seis minutos después, con una jugada “Made in Talleres” llegó el segundo. Salida larga con la pierna zurda de Guido Herrera desde su área, Girotti que la peinó de frente a Requena y la pelota le quedó al paraguayo Sosa para que definiera sin inconvenientes.

La superioridad albiazul se tradujo muy rápido en goles, lo mejor que le podía pasar al equipo de Ribonetto, que estuvo ahí de marcar el tercero a los 43m, con un remate de Girotti que se fue apenas por arriba y un “fierrazo” de Sosa que conjuró Requena. Así terminó yéndose al descanso con una ventaja apreciable y con pronóstico de que, si apretando más el acelerador, podía golear.

Pudo marcar alguno más

El Matador arrancó el ST con la misma impronta. Con Sosa lanzado en velocidad y desequilibrando en el uno contra uno, tres veces lo tuvo para marcar antes de los 20 minutos.

Cobresal sólo se preocupó en cómo hacer para frenar el vendaval albiazul, con un retroceso defensivo endeble y jugado a una contra salvadora que le permitiera descontar.

Así alcanzó, a través de la insistencia de García por las bandas, a inquietar un par de veces a Herrera, durante algunos minutos en los que el local pudo tener más la pelota, favorecido porque los albiazules comenzaron a sentir el efecto del cansancio propio de la altura.

Los cambios que ensayó Ribonetto al promediar el segundo tiempo le restaron dinámica al equipo, pero no posesión ni buena administración de la pelota.

Y cuando el equipo la perdió, en el lapso final del juego, apareció en toda su dimensión Guido Herrera para, con un par de buenas contenciones, asegurarle al equipo un gran triunfo que lo afirma en la punta y reafirmar sus pretensiones de ser, en pocos días más, el primer equipo clasificado a los octavos de la máxima competencia continental.