Negociaciones contrarreloj con Bolivia y Brasil para evitar la falta de gas
Fernández recibe a Arce el jueves y Guzmán viaja a San Pablo el viernes para ver al ministro de Energía de Brasil. En el gobierno quieren asegurar el suministro para los hogares y también para evitar que las industrias tengan que frenar.
os cálculos del Gobierno indican que aún falta asegurar el abastecimiento de hasta el 15% del gas que, se prevé, será consumido en la Argentina este año. Y para evitar que se concrete una escasez que afecte a los hogares y enfríe la actividad industrial, hay negociaciones contrarreloj con Bolivia y Brasil.
Desde que comenzó la disparada de precios por la invasión de Rusia a Ucrania, el gobierno venía avanzando a nivel técnico. Pero ante la gravedad que significaría una escasez, lo elevó al máximo nivel y el propio presidente Alberto Fernández será parte.
Fernández recibirá el jueves en la Casa Rosada a su par boliviano Luis Arce. Al encuentro se sumará el ministro de Economía, Martín Guzmán. La discusión pasará por el precio para la provisión y también por el volumen.
Argentina y Bolivia estaban en pleno dialogo para firmar la sexta adenda al contrato original (de 2006) de provisión de gas cuando estallaron los precios internacionales. Hubo un cuarto intermedio hasta el 31 de marzo. Pero llegó el momento de definir.
La producción boliviana de gas viene en declive: cayó en 2021 a unos 45 millones de metros cúbicos por día, desde los 61 millones en 2014. En ese escenario, la gestión Arce también está negociando con Brasil, país que tiene la prioridad para obtener el gas boliviano en la región.
En ese contexto hay dos esperanzas en la Casa Rosada: la primera tiene que ver con que Arce anunció el 5 de febrero el hallazgo de nuevas reservas en un megacampo de gas natural en las regiones sureñas de Chuquisaca y Tarija, muy cerca de la frontera con Argentina.
De esos campos sale el gas que Bolivia le inyecta a la Argentina desde la localidad de Pocitos a través del Gasoducto Norte que nace en Campo Durán (Salta) y, luego de recorrer 1.454 kilómetros llega a la planta compresora San Jerónimo, en Santa Fe, bajo operación de TGN.
En el Gobierno de Fernández evalúan que desde Bolivia deberían ingresar unos 17 millones de metros cúbicos por día durante este invierno, 21% más que el año pasado. Esto es para atender una mayor demanda por el crecimiento económico y la mejor compra de otros combustibles.
Fuentes diplomáticas señalaron a este medio que Arce trae bajo el brazo una carpeta con otros temas de los cuales quiere charlar con Fernández, como el desarrollo conjunto del litio y la integración energética que contemple la exportación de electricidad.
La segunda carta que jugará el Gobierno de Fernández viene a través de Brasil y la está articulando el embajador Daniel Scioli, quien este lunes confirmó que Guzmán viajará a San Pablo el viernes para reunirse con el ministro de Minas y Energía, Bento Albuquerque.
Además de la reunión con Albuquerque, Guzmán dará una conferencia para unos 200 empresarios que comercian con Argentina. Y luego viajará a Brasilia para dialogar con el ministro de Economía, Paulo Guedes.
La idea diseñada por Argentina apunta a que Brasil le pueda “prestar” gas este invierno, con la condición de una devolución del fluido ni bien mejore la situación, comentó Scioli en declaraciones a distintas radios porteñas.
Vaca Muerta y las limitaciones estructurales
En la reciente exposición Argentina Oil & Gas (AOG) en Buenos Aires, el secretario de Energía, Darío Martínez, celebró que en febrero haya crecido un 11% la producción argentina de gas natural, cuando menos de dos años atrás estaba en franca retracción.
Argentina hoy está produciendo más gas que antes de la pandemia, pero tiene un problema estructural: se agotó la capacidad de transporte, por lo que sí o sí necesita construir nuevos gasoductos. Allí aparece una segunda restricción: la falta de dólares.
Maggie Videla Oporto, subsecretaria de Hidrocarburos de la Nación y quien fue la encargada de diseñar el Plan GasAr, sinceró en una entrevista realizada durante la exposición Argentina Oil & Gas (AOG) que faltan recursos para avanzar rápido con los gasoductos.
El 31 de marzo el Gobierno abrió la única oferta que recibió para la provisión de las cañerías que darán forma al Gasoducto Néstor Kirchner, que unirá la localidad neuquina de Tratayén en cercanías de la formación de Vaca Muerta, con la de Saliqueló, al oeste de Buenos Aires.
Ese día se abrió la oferta de Tenaris SA, subsidiaria de Techint. La adquisición de caños será por unos 567 millones de dólares. Pero el costo total de la obra tiene un presupuesto de 1.566 millones de dólares.
En el Gobierno hay fuentes que indican que estarían faltando actualmente unos 200 millones de dólares para que la primera parte del gasoducto de 656 kilómetros de tuberías pudiera estar terminada para el segundo semestre de 2023.
Ante la incertidumbre que genera la situación coyuntural, el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, avanza con la Unión Industrial Argentina para establecer un programa de administración del gas durante el invierno, para evitar que falte el suministro en los hogares.
Fuente: Lavoz.com