Juan Pablo Caeiro: Los países que flexibilizaron el uso del barbijo debieron dar marcha atrás

El infectólogo cordobés y asesor del Ministerio de Salud provincial considera que la medida nacional es arriesgada en este momento. Y aclara que todavía falta mucho para la pospandemia.

Juan Pablo Caeiro, infectólogo y asesor del Ministerio de Salud provincial, considera que las nuevas medidas anunciadas por la Nación tienen muchas aristas y están destinadas a generar alivio a sectores económicos depreciados durante la pandemia.

Sostiene que algunas flexibilizaciones son necesarias, siempre y cuando se hagan en forma paulatina y no haya brotes. “Un ejemplo es el turismo, en el que muchos hoteles, sobre todo destinados a los extranjeros, cerraron o están por cerrar”, expresa.

Sin embargo, el especialista sostiene que flexibilizar el uso del barbijo en espacios abiertos “no sería lo más apropiado en este momento”.

–¿Cree que fue una decisión equivocada?

–Quizás no haya sido esa la intención, pero la decisión puede malinterpretarse. No sería lo más conveniente en este momento. El barbijo sigue siendo necesario. Es simple, barato y previene. Creo que hay que tener mucho cuidado. Países como Estados Unidos decidieron dejar de hacerlo obligatorio y tuvieron que dar marcha atrás porque surgieron brotes significativos. El último estudio de efectividad de campo que se hizo en Bangladesh demostró que realmente era mejor tenerlo que no ternerlo. Eso contribuyó para que el país mantenga el distanciamiento social.

–¿Y en espacios laborales?

–Creo que lo vamos a tener con nosotros por mucho tiempo. En el mundo se está tratando de proteger al máximo el trabajo con medidas nuevas que incluyen tres cosas: barbijo, distanciamiento y vacunación. Con eso se pueden permitir nuevas actividades. Pero sacarlas y pretender volver a la prepandemia, no sería positivo.

–Hay quienes ya hablan de pospandemia…

–Todavía falta para la pospandemia. Siguen existiendo brotes en distintos países que suelen durar alrededor de dos meses, llegan a un máximo y desaparecen. Dependiendo de esas tres medidas que comenté antes, barbijo, distancia y qué tipo de vacunas se aplique, habrá más o menos gente enferma o fallecida. Creo que en Argentina va a llegar un próximo brote porque nunca nos hemos comportado diferente al resto de los países.

–¿Según las nuevas medidas, cuando hay que usar barbijo si estoy al aire libre?

–Según la situación. Si salgo a caminar solo o con las personas que viven conmigo, puedo tenerlo en el bolsillo. Pero si me cruzo de cerca con personas que no conozco, me lo tengo que poner. Si voy a un parque o a una plaza, donde habrá gente, también hay que ponérselo si es que no hago actividad física. En espacios cerrados, lo mismo. Si estoy en mi casa, no hace falta. Pero en ambientes de trabajo me lo saco sólo cuando voy a comer. En una peluquería, por ejemplo, debe llevar barbijo tanto el que corta como el que se va a cortar el pelo.

–¿Cree que falló el sentido de la oportunidad?

–Estas medidas tienen lamentablemente un tinte político. Uno se podría preguntar por qué no hicimos esto antes, si los casos vienen bajando desde hace rato. Hay muchos sectores que están solicitando aperturas desde hace tiempo.

–¿Se puede aumentar en este momento el aforo en restaurantes?

–Creo que aumentarlo al cien por ciento puede ser una medida arriesgada. Otra vez, dependemos del lugar. Hay espacios amplios, ventilados que permiten el distanciamiento. Pero otros que permanecen con las ventanas cerradas todo el tiempo.

–¿Y en boliches?

–La ministra de Salud, Carla Vizzotti, aclaró que es el lugar más riesgoso. Los chicos no están vacunados, hacen menos casos y son espacios cerrados. Quizás si son lugares al aire libre, con carpas y sillones sea diferente. En recitales, no es lo mismo un estadio con un aforo del 30 o el 50 por ciento donde hay espacio de sobra para poner asientos de distancia.

–¿Qué piensa sobre las nuevas disposiciones para quienes regresan del extranjero?

–Para quienes vienen de países limítrofes, se promueve que la gente esté vacunada y testeada. Realmente las chances de que esa persona nos traiga una variante son muy bajas. Es muy raro que pase eso en un viajero que venga, que tenga un testeo de 72 horas.

–¿Cuál es la experiencia en otros países?

–El mundo avanza hacia medidas que intentan recuperar la actividad económica de algunos sectores. Incluso en los países con cuarentenas más estrictas, como Australia, Nueva Zelandia, Tailandia o Singapur. Las aperturas son necesarias, siempre que vengan acompañadas de distancia, barbijo y vacunación. Las naciones que flexibilizaron algunas de esas medidas, como Estados Unidos, debieron dar marcha atrás.

 

Fuente: lavoz.com

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