No quiero morir…
Espero que estés bien…
Cuando llego a la sala de pacientes covid del hospi, la enfermera me dice que la espere un poquito porque le está aplicando suero equino a la paciente que debo trasladar a la Clínica.
Le digo que si, que no hay apuro.
Me tengo que cambiar el equipo para entrar a la sala, me dice.
Mientras espero me dice que está muy cansada, que está sola para toda la sala, que muchos compañeros se contagiaron de covid y que el personal de enfermeria ya no puede más. La sala está llena, no quedan camas y los que estan internados tiene oxígeno. Gente joven, rostros de angustia. Los miro de reojo pero percibo como sufren.
La señora apenas se puede movilizar, la ayudamos a subir a la camilla, se queja de dolor y le cuesta un monton respirar.
Podés subir a la camilla? Le pregunto.
Tengo que ir al baño primero, me dice.
Donde tenés la escalerita para que se pueda subir?
Le pregunto a la enfermera. Me dice que en alguna de las salas. Salgo y entro a una. Buen día digo a los tres que están internados.
Me miran y nada dicen. Ahí no está la escalerita y voy al otro cuarto. Buen día. Nada dicen, sigo a la próxima. Buen día. Tenés un cargador para el celular, me dice un hombre sentado en la cama, demacrado y lento en sus movimientos. No, no tengo, le digo. Al costado está la escalerita y la llevo. Veo un muchacho con el reserboreo de oxígeno en el rostro que apenas me mira con los ojos hundidos.
A duras penas la señora logra subir a la camilla, el suero ya casi termina de pasar y la enfermera me dice de nuevo que espere que pase todo. Yo asiento mientras le tomo el nivel de oxigeno con el oximetro. 94 marca, la señora comienza a lagrimear. Tranquila, estás bien, satura 94 le digo a la enfermera. Con el suero vas a estar bien le dice la enfermera. Ella es enfermera jubilada en Buenos Aires, se vino para Villa Dolores a quedarse con los suyos, me dice la enfermera. Lo que pasa es que su hijo está en la otra habitación me dice bajito.
La señora suelta el llanto, yo le tengo la mano y ella me la aprieta fuerte. Es por eso que está tan angustiada, me dice.
Quedate tranquila, estás bien, estás saturando bien, 93, le digo.
Una lágrima le baña el rostro.
No quiero morir…dice entre más lágrimas en borbotones. Me sujeta fuerte la mano. Nos miramos con la enfermera.
Nos vemos Delicia, le digo a la enfermera, nos vemos Pajarito, me dice ella. Vas a estar bien madre, le dice a la señora, vas a estar bien.
La dejo en la Clínica y no puedo dejar de pensar en ella. Tiene 69 años y no quiere morir. No me quiero morir. Vas a estar bien señora, vas a estar bien.
Espero que esté bien señora… espero que estés bien.
Por Hugo Pájaro Galaburri