Belgrano cambió y festejó: así avanzó en La Rioja por Copa Argentina

El Pirata mejoró a tiempo, metió un golpe de timón y llegó más entero al final y a los penales, en los cuales venció a Platense.

Belgrano logró su pasaje a los 16avos de final de la Copa Argentina después de empatar 1-1 con Platense en La Rioja y ganar 4-1 en la definición por tiros desde el punto penal. Ahora, en la instancia que se avecina, el rival será el equipo del “Ruso” Zielinski, Estudiantes de La Plata.

Ayer hubo un marco que hizo imaginar que se jugó en Alberdi, aunque fuese en el estadio Carlos Augusto Mercado Luna a casi 500 kilómetros del barrio nativo del Celeste, porque los 20 mil “locos” que le hicieron el aguante, se notaron y mucho. En el terreno, el Pirata tuvo un arranque flojo para muy flojo. La idea de Guillermo Farré de colocar una línea de cinco para sorprender por las bandas fue un fracaso que le costó estar en desventaja de movida (a los 6 Bergessio puso el 1-0) y en un par de ocasiones al borde de quedar abajo por un tanto más.

Las fallas en el arranque del partido eran individuales y grupales, porque Tomasetti falló en los pases, Oliver en la marca y Olivera a la hora de cortar, por ejemplo. Y cuando la pelota se perdió en el medio, se los vio a Sánchez, Rojas y Bordagaray correr rivales de atrás. No hubo profundidad y se jugó lejos de la valla de Ledesma. Fueron 25 minutos de desconcierto, de errores por todos los sectores y de jugar feo. Pero sólo perdía por un gol y eso era muy alentador. Cuando el equipo empezó a ordenarse, aunque no brilló, llegó el empate: pase largo de Rojas, centro medido de Bordagaray y cabezazo genial de Susvielles. Con el 1 -1 se fueron a descansar.

En el segundo, Belgrano fue otro, justificó el empate conseguido en el parcial inicial y eso se dio porque se paró como le sale mejor al equipo: fueron dos líneas de cuatro y dos puntas. El “11 alternativo” de Farré manejó el partido y sus momentos. Platense se vio superado y aturdido. Se replegó en el terreno y le dejó a los cordobeses el manejo de la pelota.

El Pirata mejoró por estar parado de otra forma. Comenzó a encarar el juego de otra manera y mostró una cara distinta, porque la actitud fue otra: ya los balones divididos no fueron propiedad del Calamar y los espacios se cubrieron mejor. Se jugó en el terreno del Calamar y la sensación era que Belgrano podía quedarse con todo. El empuje de su gente lo llevó más cerca de Ledesma y merodeó el triunfo que por poco no se dio.

Luego fue tiempo de los penales y la alegría de todos los locos que llegaron desde Córdoba para alentar a un equipo que supo cambiar, que se dio cuenta que lo planeado no estaba bien y que era necesario dar un golpe de timón para festejar. Y lo hizo.

Fuente: lavoz.com.ar

 

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